Hay días iluminados por pequeñas cosas, por nimiedades que te
hacen increíblemente feliz: una sobremesa con risas, un juguete de la
infancia que aparece en la estantería de un anticuario, una mano que
aprieta la tuya, una llamada que no esperabas, unas palabras dulces, tu
hijo que te abraza sin pedir otra cosa que un momento de amor... Hay
días iluminados por pequeños momentos de gracia, un aroma que te alegra
el alma, un rayo de sol que entra por la ventana, el ruido de un
chaparrón cuando estás todavía en la cama, las aceras nevadas o la
llegada de la primavera y sus primeros brotes. Hay días hechos de
nimiedades, días de los que uno se acuerda
mucho tiempo sin que pueda
verdaderamente saber por qué.
-Marc Levy
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